Un oasis valencianista en Alzira

En un contexto de desolación absoluta y derrota continua, el Valencia CF ha encontrado en Alzira un oasis de alegría, donde tres jugadores del filial han formado parte -en calidad de cedidos- de la plantilla que ha logrado el deseado y ansiado ascenso a 2ª División RFEF, categoría que el filial ché ha terminado perdiendo en la segunda fase. Pablo Jiménez, Adri Bosch y Nacho Muñoz arribaron al conjunto de Dani Ponz tratando de encontrar esos minutos que quizá se antojaban difíciles de alcanzar en 2ªB, y no solo lo han logrado, si no que han culminado la temporada escalando un peldaño en el escalón del fútbol español.

En pretemporada se incorporó Pablo Jiménez. El de Aldaia acumulaba dos temporadas en el filial ché, si bien, su relevancia fue disminuyendo hasta el punto de verse obligado a abrir fronteras en busca de minutos, llegando a la UD Alzira este verano. El canterano valencianista ha disputado 17 partidos, 5 de ellos partiendo desde la titularidad, y ha anotado un solo gol; por lo que las sensaciones no han sido las esperadas en Alzira. Quizá la atipicidad de la campaña, sumado a la dura competencia y el proceso de adaptación a una categoría hasta el momento desconocida por Jiménez, han impedido brillar al atacante valencianista.

Ya en el mercado invernal dos nuevos talentos en su primer año amateur se enrolaban en el ambicioso proyecto alzirista. Adri ‘Miki’ Bosch retornaba al club en que se formó gran parte de su etapa de fútbol base tras una infructuosa cesión en la SD Tarazona, equipo del grupo II de la 2ªB, donde no llegó a debutar. En Alzira, el espigado zaguero de Alginet ha disputado once encuentros -diez como titular-, recobrando las buenas sensaciones y erigiéndose desde el principio de su periplo como un recambio de garantías en el centro de la zaga. El último talento ché en llegar a Alzira fue Nacho Muñoz, que comenzó el curso en el VCF Mestalla pero, ante la falta de oportunidades, trató de probar suerte en la UD Alzira, donde adquirió galones en las primeras semanas y posteriormente se convirtió en uno de los recambios habituales.

La UD Alzira ha sido -y sigue siendo- uno de los destinos predilectos donde terminar de pulir las perlas valencianistas en los últimos años. Más de una decena de futbolistas aterrizaron a orillas del Xúquer aprovechándose del Luis Suñer Picó, un enclave especial donde los azulgranas disputan sus partidos. Una filosofía marcada, donde los jugadores en etapa sub-23 mantienen una importante relevancia, y un club serio y ambicioso que, tras once años intentándolo con ahínco, ha conseguido -por fin- el ansiado ascenso a la novedosa 2ª División RFEF.

 

📸: UD Alzira (José Gómez)

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