#OpiniónLVDP | Sin matrícula final pese a progresar adecuadamente durante el curso

✍🏻 SALVA GOMIS (@SalvaGomis97) | Tribuna Deportiva y Esport Base

 

Han pasado un par de semanas desde que se acabara la temporada para el Valencia CF Mestalla. Lo hizo antes de lo previsto y con una derrota dolorosa en el Puchades ante el CE Sabadell que dejó al filial fuera del play-off. Un cierre amargo para un equipo que, por momentos, llegó a ilusionar más de lo que nadie se atrevía a imaginar al inicio del curso. Esta vez, el sueño del ascenso estuvo cerca, pero no lo suficiente.

Porque la realidad es que este VCF Mestalla tuvo fases de buen fútbol, personalidad y ambición. Se rehízo cuando la temporada amenazaba con volverse plana, compitió bien como visitante -incluso muy bien en campos complicados- y llegó a la última jornada con opciones reales. Pero cuando más se necesitaba solidez y determinación, el equipo de Miguel Ángel Angulo se desdibujó. La ‘final’ ante el CE Sabadell era la gran cita del año, el momento de dar un paso adelante para jugar la promoción de ascenso. Y, simplemente, las cosas no salieron. Al filial le pudo la presión.

No se puede hablar de fracaso, pero sí de una ocasión perdida. El equipo de Angulo mostró buenas intenciones, incluso tramos de la temporada en que se vio un fútbol brillante, pero también evidenció ciertas carencias cuando la exigencia subió. El bajón de las últimas semanas en casa, con derrotas clave ante rivales como el CE Andratx o la SD Ibiza, fue una señal que no se supo interpretar. Cuando tocó jugar con el peso de la presión, faltó claridad. Faltó jerarquía.

 

Aun así, conviene no perder perspectiva. El objetivo de la permanencia se cumplió con holgura, lo que permitió al equipo mirar hacia arriba sin la soga al cuello. Se ganó en campos difíciles, se compitió con ambición y, durante varias jornadas, el VCF Mestalla dio la sensación de estar preparado para pelear por algo más que simplemente ’colarse’ en el play-off. Por eso el golpe de la no clasificación ha sido más duro. Que no se lograra debe servir como aprendizaje, no como castigo.

Las sensaciones finales, eso sí, obligan a una reflexión. Porque este “Mestalleta” ha demostrado tener mimbres, pero también margen de mejora. La gestión emocional, la contundencia en momentos clave y la regularidad en casa son aspectos a revisar si se quiere aspirar a más. No basta con llegar con vida al final: hay que saber competir cuando los focos más brillan y saber gestionar esa ‘presión extra’ que supone jugarse el todo por el todo.

El curso termina con más luces que sombras, con aspectos positivos como la capacidad de ‘renacer’ como el Ave Fénix para escapar de la zona baja y acabar peleando por intentar subir de categoría o el buen papel de los chicos que han subido desde el Juvenil y (en algunos casos) han tenido un papel muy protagonista, pero también con la certeza de que se pudo haber ido un paso más allá. Este VCF Mestalla dio motivos para creer. Ahora, con vistas a un verano movido en lo que a variación de plantilla se refiere, tocará volver a reinventarse para seguir creciendo.

 

 

📸: Valencia CF.

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