La fragilidad defensiva condena a un VCF Mestalla endeble

El arranque liguero del Valencia CF Mestalla está siendo mucho más complicado de lo que nadie imaginaba. El filial valencianista es colista del Grupo 3 de Segunda Federación, suma solo dos puntos de dieciocho posibles y todavía no ha logrado ganar en lo que va de temporada. Un inicio que preocupa, sobre todo porque los de Miguel Ángel Angulo (aunque por tramos) no compiten del todo mal, pero se castigan a sí mismos con errores puntuales que le están costando puntos jornada tras jornada.

El ‘Mestalleta’ camina por una cuerda floja en este inicio de curso. Compite, genera, gusta por momentos… pero termina pagando el precio de sus propios desajustes y no logra transformar sus buenas sensaciones en victorias. La fragilidad defensiva se ha convertido en su principal enemigo: 15 goles encajados en seis jornadas, una media de 2’5 por encuentro, que explican por qué está hundido en la clasificación. El dato es tan evidente como alarmante y hace casi imposible sumar de tres.

Se ha visto en varias jornadas que el equipo de Miguel Ángel Angulo repite un patrón que preocupa: un gol en contra suele venir acompañado de otro muy seguido, y eso condiciona por completo los partidos. La línea defensiva no consigue resistir el empuje rival tras el primer golpe, y ahí se desmorona gran parte del trabajo previo, obligando al VCF Mestalla a remar a contracorriente. Es como si el tanto encajado activara un pequeño temblor que cuesta frenar.

“La fragilidad defensiva condena en demasía a un endeble VCF Mestalla”. Una frase dura que define con precisión lo que se puede ver en el césped. Y lo hace por varios motivos. Primero, porque cada error atrás tiene un coste altísimo: el rival, en cuanto huele la sangre, encuentra facilidades para hacer daño. Segundo, porque esa inseguridad defensiva hace que el filial valencianista vaya a remolque casi todo el partido. Y tercero, porque en la igualada y exigente Segunda Federación, los detalles se pagan con puntos.

 
EL ARREÓN QUE DESORDENA TODO

No se trata de un VCF Mestalla que baje los brazos, ni mucho menos. De hecho, el equipo de Miguel Ángel Angulo ha mostrado capacidad de reacción, sobre todo en las dos últimas jornadas. Contra el Castellón ‘B’ levantó un 1-3 en contra para acabar empatando y frente a la UE Sant Andreu siempre estuvo metido en el partido pese a los golpes recibidos… aunque no le dio para sumar.

El problema aparece justo después del gol rival. El impulso del contrario se multiplica, el ‘Mestalleta’ no logra enfriar el juego y acaba recibiendo un segundo ‘mazazo’ de forma casi consecutiva. Se pudo ver en El Collao, en el Puchades ante el Atlético Baleares y en el Narcís Sala: el filial valencianista encajó dos goles en un tramo de apenas 5’.

Tres partidos (de seis disputados) y un mismo desenlace: el segundo equipo ‘che’ sufre para resistir el arreón inmediato del rival, recibe el segundo golpe muy seguido y lo acaba pagando caro. No es falta de actitud, parece más una cuestión de gestión emocional y madurez competitiva. Saber parar el partido, calmar el ritmo y juntar líneas para no conceder.

 
UNA DEFENSA TODAVÍA EN CONSTRUCCIÓN

En la parte de atrás ha habido cambio de laterales y movimiento en una pareja de centrales en la que se ha reubicado a Rubo Iranzo. Todo ello adaptándose también al baile de porteros que, por culpa del Mundial Sub-20, ha dejado al VCF Mestalla sin los teóricos ‘titulares’ durante casi un mes en el que el ‘temporero’ Pere Joan ha tenido buenas actuaciones… pese al torrente de goles encajados.

Miguel Ángel Angulo y su cuerpo técnico trabajan a destajo para encontrar esa tan ansiada estabilidad atrás para un VCF Mestalla que todavía no ha podido configurar una línea defensiva ‘titular’ ni consolidada en lo que va de campeonato liguero. Con tantos movimientos, la continuidad se resiente. Y en un equipo tan joven, la falta de automatismos parece pesar

ERRORES QUE CUESTAN CARO

A veces, el VCF Mestalla se convierte en su propio enemigo. No siempre es el rival quien supera al ‘Mestalleta’, sino los errores propios: un despeje defectuoso, una pérdida inocente, una marca mal ejecutada o una ‘desconexión’ puntual suelen acabar directamente en gol. Son fallos propios de un equipo joven, con inexperiencia y bisoñez, pero que en Segunda Federación se pagan caro y acaban pesando en el marcador.

Afortunadamente, muchos de esos errores se compensan con la producción ofensiva del equipo: con 9 goles a favor, el VCF Mestalla se mantiene entre los más productivos del grupo. Sin embargo, los 15 tantos encajados son una losa que pesa demasiado: esa media de 2’5 goles recibidos por partido obliga a los de Miguel Ángel Angulo a marcar casi 3 para tener alguna opción de victoria. Reducir la sangría defensiva, sin perder la efectividad ofensiva, será clave para que los resultados lleguen de manera natural.

 
CONSCIENTES DEL PROBLEMA

En Paterna son plenamente conscientes de la situación. Hay autocrítica, trabajo y confianza en que el rumbo puede enderezarse. El cuerpo técnico, encabezado por Miguel Ángel Angulo, sabe que el equipo compite, pero que la fragilidad defensiva está lastrando su crecimiento. “Tenemos que ser mucho más expeditivos, mucho más contundentes y empezar a ganar duelos”, admite un técnico asturiano que reconoce las dificultades del VCF Mestalla cuando debe defender cerca de su área y la importancia de corregir esos detalles.

Angulo asume el diagnóstico y repite el mensaje: cerrar la portería es innegociable. Insiste en “ajustarse mucho más en el momento defensivo” y en ser un bloque más sólido, recordando que parte del problema radica en la juventud del filial valencianista, con futbolistas de 17 o 18 años midiéndose a rivales mucho más curtidos. “Hay que tener paciencia porque los chicos son muy jóvenes”, añade consciente de que los errores forman parte del proceso, pero también de que urge empezar a corregirlos.

En el vestuario lo tienen claro: el ‘Mestalleta’ no necesita reinventarse, solo crecer desde el orden en defensa. El talento y el fútbol están ahí; falta que la confianza y la solidez acompañen. Porque cuando el segundo equipo ‘che’ sepa cómo frenar ese primer golpe, dejará de encajar el segundo. Y empezará a crecer y salir del pozo.

 

 

📸: Valencia CF / UE Sant Andreu / La voz del Puchades.

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